Trabajar en equipo puede ser un factor de protección del desgaste profesional, pero para que esto suceda es necesario que todos los integrantes del equipo se impliquen para construir un escenario emocionalmente sostenible. Esto quiere decir que el equipo de trabajo debe funcionar de forma eficiente y saludable. Tal como explica María Teresa Mata, psicóloga y psicoterapeuta, en esta nueva cápsula de Gestión emocional en tiempos de pandemia, también es muy importante tener una doble mirada: hacia las necesidades individuales y hacia las del equipo, siendo conscientes de que ambas se retroalimentan.
Este escenario emocionalmente sostenible se construye bajo un paraguas grande y potente y que está preparado para resistir tormentas muy fuertes: la cohesión. Este elemento protector, a su vez, está formado por múltiples varillas, como por ejemplo:
- Comunicación asertiva y empática
- Compromiso
- Confianza recíproca
- Objetivos claros y definidos
La cohesión es un sentimiento que empodera a los miembros del equipo y que les recuerda cuál es su papel dentro del grupo. Sentirse integrado en el equipo de trabajo es básico para seguir motivado en el puesto de trabajo. De hecho, cuando todos estos elementos no se dan los integrantes del equipo pueden caer en un estado de desmotivación y apatía que los desconecte y aparte del grupo.
¿Qué podemos hacer desde el ámbito individual para velar por el buen funcionamiento del equipo? Lo más importante es detectar y apartar aquellos pensamientos negativos que nos hacen desconectar del resto de miembros del equipo. Del mismo modo, es muy importante que colectivamente se continúen trabajando y fomentado los elementos que antes hemos mencionado para seguir formando un equipo de trabajo cohesionado, saludable y eficiente.
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